Existe una conexión directa entre una baja Inteligencia Emocional y la susceptibilidad de la radicalización. El proyecto PreventiMI tiene como objetivo dotar a los jóvenes migrantes de las habilidades necesarias para identificar los factores de riesgo, gestionar las crisis e intervenir en situaciones ‘complicadas’ emocionalmente.
Al mismo tiempo, el proyecto también dota a los trabajadores en el ámbito de la juventud de los conocimientos, las capacidades y la responsabilidad esenciales para abordar los distintos retos a los que se enfrentan los jóvenes migrantes. Y aquí es donde tiene especial importancia la inteligencia emocional y su papel vital en el desarrollo de la resiliencia emocional, capacitando a los trabajadores juveniles para prevenir activamente la radicalización de este grupo demográfico vulnerable.
Los trabajadores en el ámbito de la juventud explorarán los componentes fundamentales de la Inteligencia Emocional:
- Conciencia de uno mismo
- Autorregulación
- Conciencia social
- Gestión de las relaciones
En suma, se profundiza en un vínculo crucial que existe entre la estabilidad mental, el bienestar emocional y la prevención de la radicalización, mediante la aplicación de estrategias específicas para la salud mental en el contexto de la migración juvenil.